Nueva Chicago es de Primera!!!
Belgrano-Chicago
Campodónico mete su segundo penal y Córdoba es un infierno. Sólo diez hombres en el césped, un puñado en el banco y los fieles de siempre, allá en la popu visitante, creen que el milagro es posible. Ese grupo que lleva la verdinegra en el corazón viene de epopeya en epopeya, pero parece que éste será el final. Pero jamás des por muerto a Nueva Chicago, el equipo con más huevos del fútbol argentino. Va Carranza una vez, y es de Wernly. Ahora va Pellerano, y entre Carranza y Simón le gritan a todo el mundo "metete los penales donde ya sabés". Y después, Simón desborda y Pellerano invita al grito eterno, ese que dice que "Chicago es de Primera". Lo grita Motta, que volvió para ser campeón y se funde primero con su hijo, Pablo, ayudante de campo, y después con todos sus muchachos. Lo grita Vega, el arquerazo de la campaña, que no para de llorar. Pero el abrazo en el campo entre los jugadores no dura mucho. Un instante, apenas. Porque al toque, van todos hacia la popular. Y son todos uno. Fernando Niembro se abraza con un desconocido de la vida, pero hermano en el sentimiento. Y el Pipa Higuaín estalla de orgullo cuando su hijo le tira la camiseta. Y entonces truena en la noche serrana el "Chi-Chi-Cago" y los jugadores dan media vuelta, se animan al avioncito... Y todos cantan "vamo' a volver, vamo' a prenderle fuego...". La gente de Belgrano ya está afuera y la de Mataderos no se va, quiere bonus track y el plantel le da el gusto. Entonces, hay otra vuelta y otra más. Media hora de fiesta conjunta para celebrar el ascenso. Y después la íntima en el vestuario. Con Olé como mudo testigo de tanta alegría. Vega lleva la batuta usando como bombo una heladerita y tirándole agua a todo el mundo. Y se arma un carnaval. Vuela el agua de aquí, para allá. El Pipita, Carranza, Pellerano y Agustín Gómez arman la danza india, en ronda. Y mueva, y mueva Chicago mueva. Motta agarra a un par de dirigentes que están llorando y les piden que paren, que si no se van a morir de un infarto. Los jugadores captan la situación y cambian el cantito. "Que de la mano, del gran Rodolfo, todos la vuelta vamos a dar", y el DT se emociona como nunca, aunque pide que con él no, cualquier cosa menos mojarlo. Entonces el agua va a bañar a Testa y Christian García. Y alguien avisa: "Apurémonos que hay una multitud que nos espera afuera, para festejar en Carlos Paz". Es lógico, la joda en el vestuario ya lleva una hora y hay que ir a abrazar a los amigos y familiares. Entonces, Chicago sale. Y el micro parece el de los Rolling Stones de gira. El chofer no pide que dejen de saltar, sabe que es imposible. Son 30 kilómetros hasta el hotel Hipocampo, en Carlos Paz. Avanzan a paso lento acompañados por una caravana impresionante. Es Mataderos haciendo su fiesta en Córdoba. Es Chicago que se va para la A.
Fuente: Olé
Fuente: Olé
Etiquetas: Apertura 2006
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