¿Qué hacemos con el Mundial?

Alemania 2006 tuvo fiestas, shows, espectaculos, color, calor, organización, estadios, hinchas, e infraestactura dignas del mayor evento deportivo del planeta. Pero faltó el invitado de honor: el fútbol. Todos aquellos que estabamos ansiosos por ver a los mejores jugadores del mundo brindar un espectáculo futbolístico de primer nivel, nos quedamos con las ganas. Equipos como los de Brasil, Inglaterra o Argentina y jugadores como Ronaldinho, Ronaldo, Kaka, Messi, Tevez, Rooney, Owen, Totti, Robben, Van Nistelrooy, Ibrahimovic, Cristiano Ronaldo, Deco, y tantos otros, sumados a que la sede era un país bien futbolero y con una organización impecable hacían que tengamos razones para ilusionarnos con ver lo mejor del fútbol. Pero no fue así. Lo que parecía imposible, que algún mundial sea futbolísticamente peor que Corea-Japón 2002, puede ser que haya sucedido en este Alemania 2006.

A pesar de tener que ver a Corea en semis, entre otras asquerosidades, aquel jugado en Asia tuvo por lo menos un muy buen campeón, con figuras como Ronaldo, Ronaldinho y Rivaldo jugando a gran nivel y algunas figuras/sorpresas que aparecieron como Diouf, Fadiga, Hasan Sas o Rustu, que aunque después desaparecieron tan rápido como emergieron, durante el torneo fueron gratas revelaciones. En este las figuras del campeón fueron los dos centrales y el arquero, seguidos por sus dos laterales, dificilmente se lo pueda considerar superior a unos cuantos equipos que quedaron afuera, definió la final por penales, y en el Mundial no apareció ni un jugador que nos sorprenda un poquito. Quizás Ribery, quizás Maxi Rodriguez, y paremos de contar. Que hoy estemos hablando de que le dijo Materazzi a Zidane es una muestra de lo poco que nos entregó, por ejemplo, la final. No hay figuras, nadie se merece el balón de oro, tampoco el premio al jugador jovén, el goleador metió sólo cinco y ningún equipo nos llamó la atención. A pesar de resultados como Argentina 6 Serbia 0, España 4 Ucrania 0 o la misma Ucrania 4 Arabia 0, el promedio de gol fue bajísimo, consecuencia directa de planteos ultradefensivos, donde lo más importante siempre fue cuidar el arco propio, para luego ver si se podía atacar.

La primera fecha de la etapa de grupos nos hizo ilusionar un poquito a todos, porque se vió quizas lo mejor del Mundial, pero de allí en adelante todo se vino abajo: intento recordar buenos partidos y no voy más allá de la goleada argentina a Serbia, el empate en 2 entre ingleses y suecos, la victoria de Francia a Brasil en cuartos, el de los cuatro goles de España a Ucrania y no hay mucho más. La segunda fase, donde debía verse lo mejor del Mundial, fue lo peor de todo: pocos goles, poco juego ofensivo y muy, pero muy poquito fútbol. Sólo Zidane, Tevez, Pirlo y Cristiano Ronaldo nos entregaron en cómodas cuotas algunos minutos de ese deporte tan lindo que todos amamos.

Esto es el Mundial hoy. Cada uno tendrá sus razones: jugadores cansados, poco tiempo de preparación, demasiada presión, canchas patinosas, técnicos defensivos, lesiones, el premio de llegar a los penales sólo con defender, o lo que cada uno quiera. No reniego ni del negocio ni del espectáculo, imprescindibles en el fútbol de hoy. Bienvenidos sean el show, los fuegos artificiales, los estadios ultramodernos, las fiestas, los artistas, las celebridades, los presidentes y los hinchas de todo el planeta. Pero por favor, que aparezca el fútbol.